"Et lux in tenebris lucet" (Jn 1, 5)

"Et Lux in tenebris lucet" (Jn 1, 5)
ESTE BLOG, APOYÁNDOSE EN JESUCRISTO Y SUS VALORES, TIENE UNA FINALIDAD DE CARÁCTER EDUCATIVO, BUSCANDO, DESDE EL MENSAJE DEL EVANGELIO, CREAR EN LOS JÓVENES UNA CONCIENCIA CRÍTICA, BASADA EN LA BÚSQUEDA DE LA VERDAD DESDE LA INTERIORIDAD, LA REFLEXIÓN, LA FRATERNIDAD Y LA LIBERTAD RESPONSABLE.

martes, 15 de marzo de 2011

II DOMINGO DE CUARESMA

Rafael Sanzio, La Transfiguración (c.1519)


Perugino, La Transfiguración (c.1498)

Basílica de "La Transfiguración". Monte Tabor. Israel.

Interior de la Basílica de "La Transfiguración". Monte Tabor. Israel.

Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó a parte a una montaña alta. Se transfiguró delante de ellos y su rostro resplandecía como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él. Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús: "Señor, ¡qué hermoso es estar aquí! Si quieres, haré tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías". Todavía estaban hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía: "Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadle". Al oirlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto. Jesús se acercó y tocándoles les dijo: "Levantaos, no temáis". Al alzar los ojos no vieron a nadie más que a Jesús, solo. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: "No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos" (Mt 17, 1-9).
El episodio de "La Transfiguración del Señor" pone de manifiesto cómo los apóstoles más cercanos a Jesús experimentan el gozo de la Gloria anticipada. El Maestro quiere que, antes de su Pasión y de las dificultades por las que van a atravesar sus discípulos, Pedro, Santiago y Juan vivan durante un corto espacio de tiempo lo que será la vida definitiva, plena y para siempre junto a Dios Glorificado, de modo que el recuerdo de esta experiencia trinitaria les anime cuando deban dar testimonio de su fe.
San Bernardo de Claraval, conocido como el "Doctor melifluo" -boca de miel- porque su predicación estaba llena de claridad y hermosura, señalaba en una de sus homilías:
«¿Por qué motivo subió Jesús al monte Tabor para ser Transfigurado sino para enseñarnos a elevarnos con la mente hacia esta gloria que será revelada en nosotros un día? Nuestro corazón, ese es el monte donde Cristo se transfigura. Subid y sabréis que el Señor ha exaltado a su Santo»